Medio año después de la llegada de Donald Trump al poder, el presidente estadounidense y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se reunirán el viernes personalmente por primera vez coincidiendo con la cumbre del G20 en Hamburgo, según se informó
Tanto Washington como Moscú confirmaron que se tratará de una reunión bilateral oficial, y no sólo de un mero encuentro informal al margen de la cumbre.
Según el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, se tratará de un encuentro “exhaustivo”. De acuerdo con la CNN, también el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Michael Anton, confirmó que los dos presidentes se reunirán.
Según CNN, un encuentro formal bilateral de estas características incluye normalmente un apretón de manos y una breve declaración a la prensa. Así que el formato escogido enviaría una señal de que Rusia y Estados Unidos quieren que sus relaciones diplomáticas funcionen.
En la cumbre del G20 de septiembre pasado Putin y el entonces presidente estadounidense Barack Obama mantuvieron un encuentro informal. De haberse repetido ese formato, según la CNN significaría que Washington consideraría que Rusia tenía que cambiar su comportamiento antes de volver a tratarse al más alto nivel diplomático.
Según Anton, todavía no están fijados los temas que se abordarán en el encuentro. Sin embargo, el asesor presidencial ruso Yuri Ushakov había apuntado el lunes que Putin pretendía abordar con Trump sobre todo la lucha contra el terrorismo internacional. También se espera que hablen sobre temas como Siria, Ucrania o el control armamentístico.
Durante los últimos meses se había especulado sobre el lugar y el momento en que se celebraría ese primer encuentro.
La relación entre Rusia y Estados Unidos atraviesa actualmente el mayor momento de tensión desde hace décadas, entre otras cuestiones debido a la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre pasado.
También subió el tono recientemente en relación con el conflicto en Siria, sobre todo después del ataque con misiles que lanzó Estados Unidos contra una base militar siria a principios de abril. Trump lanzó la ofensiva en respuesta a un supuesto ataque químico del que culpó al Ejército sirio. Moscú, aliado del presidente sirio Bashar al Assad, niega que fuese obra de las Fuerzas Armadas sirias.
En un primer momento se confió en que la llegada de Trump a la Casa Blanca ayudase a mejorar las ya tensas relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Pero tras el ataque de Washington en Siria, Trump aseguró que estas se encuentran en su peor momento.
El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, confió recientemente en que este primer encuentro sirva para aclarar la situación de las relaciones entre las dos potencias.
“Yo personalmente espero encarecidamente que se imponga el pragmatismo”, dijo Lavrov, que considera que la política global depende en gran medida de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos.
“Lo más importante es que alcancemos una etapa normal en nuestras relaciones”, añadió el jefe de la diplomacia rusa, para el que cualquier otra cosa sería un gran error.